Mi esposa convirtió en la chupa pollas de la fiesta
La primera vez que mi esposa y yo fuimos a una fiesta de parejas liberales no me la olvidaré jamás. Ella al principio tenía mucho miedo. Estaba bastante tímida y sentía mucha vergüenza, así que para convencerla tuve que prometerle que en cuanto se sintiera incómoda nos iríamos y que no haríamos nada que ella no quisiera. ¡Para qué! Apenas entramos se bebió un par de tragos y me dijo al oído que estaba cachonda y quería algo de acción. Yo le dije que tenía libertad plena para hacer lo que le saliera del coño, y la muy puta se agachó y se puso a chuparles las pollas a todos los chavales. No sé cuántos rabos se mamó, pero de lo que estoy seguro es de que, de tantas mamadas que hizo, fue la gran chupa pollas de la fiesta.