Mi hermanastra es una española tetona ninfómana
No había pasado una semana desde que mi hermanastra nueva estaba viviendo en mi casa cuando la pillé metiéndose los dedos en el coño. Descubrir que era una pajera incontrolable fue para mi una bendición, no solo por haberla visto masturbándose sino porque enseguida me ordenó que, como castigo por espiarla, le comiera el coño. ¡Qué delicia! Nuestra primera follada empezó con el mejor cunnilingus que hice en mi vida y siguió con una mamada de las más ricas que me hicieron jamás. Después la puse a cuatro patas y me la follé en la postura del perrito hasta que nos corrimos juntos. ¡Qué rico fue el primer polvo con mi hermanastra!