Mi jefe se cree que soy su puta y yo no sé cómo ponerle límites
Maldigo el día en que me dejé seducir por mi jefe y acepté follármelo. Creyendo que de esa forma me sería más fácil crecer en la empresa y estar primera en la lista a la hora de subir los sueldos, le chupé la polla y dejé que me follara a cuatro patas, haciéndole creer que realmente me interesaba como hombre. Desde entonces, el cabrón me folla todos los días, sin excepción. Está convencido de que soy su puta y de que me siento feliz engañando a mi novio con él. Se cree que me muero por su polla y que me hace un favor follándome el coño cada tarde, cuando yo en realidad lo único que quiero es que deje de hacerlo pero no me animo a decírselo.