Mi marido me apostó con unos mafiosos y tuve que darles el coño
Solo al cabrón de mi marido se le puede ocurrir apostarme en una partida de poker y justamente con unos mafiosos. Si creyó que se lo iban a perdonar, que se apiadarían de mí o que simplemente preferirían no follarme porque estoy un poco gordita, se equivocó y mucho. Los cerdos hicieron que me follara el que tenía la polla mas grande, para que me dejara el coño bien abierto para siempre y mi marido, al metérmela, recordara que por su culpa me follaron contra mi voluntad y me llenaron el coño de leche. Lo único bueno es que el polvo me encantó, pero que todo el mundo pueda verme desnuda de frente mientras me follan en el video que grabaron, no me hace nada de gracia.