Mi mujer me pone los cuernos con el chino de la tienda
Fue muy duro enterarme de que mi esposa me estaba poniendo los cuernos con el chino de la tienda. Era el último tío con el que me hubiese imaginado que me engañaría. Todos en el pueblo lo sabían menos yo. Lo peor de todo es que puse una cámara oculta para comprobarlo y me llevé una gran sorpresa. La guarra se dejaba comer el coño por horas, le chupaba la polla con un entusiasmo increíble y se dejaba follar como una puta de esquina. El chino disfrutó del cuerpo desnudo de mi mujer como hace años no me deja disfrutarlo. Evidentemente, ya esta aburrida de mi polla y necesita nuevas aventuras.