Mi primera mamada como prostituta callejera

Me costó mucho decidirme pero, finalmente, aquel día me paré al costado de la carretera, vestida con un sexy vestido corto, y comencé a caminar meneando el culo como una puta para atraer a mi primer cliente. Por fin me había animado a convertirme en una prostituta callejera, y deseaba mas que nada que mi primera experiencia fuera positiva. Tuve mucha suerte, ya que a los cinco minutos se detuvo un coche y el tío que lo conducía era realmente muy guapo. Solo quería que le comiera la polla, así que eso me tranquilizó, ya que no estaba lista para ser follada por dinero. Sin embargo, mamarle el rabo me gustó tanto que al final me quedé con las ganas de que me la metiera allí mismo.