Miranda Miller juega con la polla y el culo del abuelo
No todos los jóvenes de la edad de Miranda Miller se atreven a hacer las guarradas que a ella le gustan, por eso la zorra recurre al abuelo para practicar sus masajes prostáticos. El viejo sí se deja poner a cuatro patas y meter el dedo en el culo, y le encanta que la nieta se lo chupe. También le gusta comerle bien el coño, y a ella eso la hace delirar de placer. Por eso, es difícil que la putita morena y el abuelo se lo pasen mejor follando con cualquier otra persona que cuando están juntos. Se conocen de toda la vida, y sus pieles se sienten atraídas como imanes cada vez que se desnudan.