Pensé que la repartidora era una prostituta y me la follé hasta correrme en su cara
Por la forma en la que estaba vestida, su manera de hablar y el gran parecido que tiene con una zorra que vi navegando por un sitio web de escorts, estaba convencido de que esta repartidora era una prostituta. Apenas después de recibir el pedido, le di una importante propina, como para que se diera cuenta de que le estaba pagando por otro tipo de servicios, y me le eché encima. Saqué mi polla, se la metí en la boca y, aunque me sorprendió su reacción y su cara de terror, le follé la cara y el coño hasta que, al momento de correrme, lo hice sobre su rostro, intentando echarle la mayor cantidad de leche posible dentro de la boca.