Se aprovecha de la madrastra dormida, se la folla y se corre en su boca
La fuerte obsesión que tenía este chaval con el cuerpo de su madrastra era tan grande que decidió drogarla para poder hacerle todas las guarradas que quisiera. Todo comenzó un día en que, limpiando el ordenador del padre, descubrió unas fotos calientes de la zorra posando enseñando las tetas. Después de hacerse muchas pajas recordando esos melones y soñando con tocarlos y chuparlos, se puso a buscar la manera de satisfacer su fantasía y se le ocurrió ponerle un somnífero en el café. Cuando se durmió, le tocó las tetas, se las chupó, levantó su falda y, al descubrir que no llevaba bragas, se la folló. Después le metió la polla en la boca y se la taladró hasta llenársela de lefa. Así, chorreando leche por la boca, despertó la madrastra sin entender lo que le acababa de suceder.