Seduje a mi clienta tailandesa y le eché un polvo de muerte
Mi clienta tailandesa es una jovencita delgada que, desnuda, es una verdadera tentación. Tiene el coño bien depilado, una figura espectacular y unas tetas naturales y pequeñas con unos pezones perfectos. Es imposible resistirse a meterle mano, así que a los pocos minutos de haber empezado a darle masajes, mis dedos cobraron vida propia y se metieron en su coño. Ella empezó a gemir lentamente mientras, poco a poco, iba separando las piernas cada vez más hasta que empezó a rogarme que me la follara. Al final, terminé follándomela cabalgando sobre mi polla como una perra en celo, tal como siempre había deseado.