Valentina Nappi le come la polla a escondidas a un cliente
El cliente estaba de muy mal humor porque cuando fue al sauna, se enteró de que la única masajista disponible no era la que él esperaba que lo atendiera. El tío había ido a por Valentina Nappi, la mejor de todas. Valentina ya le había dado masajes antes y lo había hecho delirar de placer regalándole un final feliz. Al final de cuentas, el tío estaba allí solo por la paja, y pensaba que se tendría que quedar con las ganas hasta que la morena entró por la puerta. La guarra le guiñó el ojo, entró en el cuarto de masajes, se escondió debajo de la mesa y, mientras la otra masajista hacía su trabajo, Valentina se encargaba de masturbarlo a escondidas a través del agujero de la camilla hasta sacarle la leche.